miércoles, 17 de diciembre de 2008

Nombre


Digo tu nombre alto y se caen las hojas de los árboles


Digo tu nombre en voz baja y se caen todos los árboles


Dejo de decir tu nombre y mi corazón es un bosque en llama

sábado, 13 de diciembre de 2008

Inventario


(Léase lo más desesperadamente posible)


El clasificado anuncia la venta de un carro azul

Las mariposas dan vueltas

El tren va lento

L E N T O

Todo es ruido y dolor de cabeza

Vomito la última gota de jugo de naranja,

Vomito el pan, las letras, el odio, la fuerza, el amor, la agonía

Vomito sobre el inventario de tristezas que hice esta tarde:

Las escaleras de una vieja casa

El vestido de colores en un cuerpo diminuto

La melena negra azabache

Los ojos de mi madre conteniendo el llanto

Dos canciones: ¿y cómo es él?, ¡y tú te vas!

La cabina telefónica en una ciudad de 5 millones de habitantes

Pétalos de rosas rojas que deja caer una chica que pasa por la calle 46 B


De camino a la escuela,

Nueve años de edad:

Madre no te vayas…

Madre no me dejes…

Madre…va a llover


Siguen las mariposas volando de un lado para otro,

Porque no saben otra cosas que hacer

Me quito los lentes

Cierro el periódico

Enciendo la radio

AM se oye mal

FM se oye mal


Sigo viviendo la vida y la muerte

Empieza a llover

El tren se detiene,

Se abren las puertas

Arrastro los pies

Enormes filas de gente

Una voz de mujer:

Este tren no seguirá prestando servicio comercial

El clasificado de venta de carro se multiplica

sobre un muro de vidrio

Otra voz de mujer: 7:25 pm


Miro atrás…se apagan las luces

Las filas se desordenan

Abro el paraguas

En la salida hay un aviso con luces de neon:

Desprecio este tipo de inventarios


lunes, 13 de octubre de 2008

Lluvia


Siguen pasando los días
y yo sin poder decirte
si te odio o te amo.
luna me pregunta por tu presencia
yo sonrío y trato de abrasarla
pero nos separa un espacio vacío,
no hay nada para recorrer entre ella y yo
todo espacio real que recorra
siempre me lleva a ti .
mis sueños son un lugar prohibido para vos
allí solo lo intocable está permitido
y tu eres el impulso eléctrico que me despierta
lo único que mis sentidos quisieran percibir...

Hudson

martes, 7 de octubre de 2008

El cómplice

Me crucifican y yo debo ser la cruz y los clavos.
Me tienden la copa y yo debo ser la cicuta.
Me engañan y yo debo ser la mentira.
Me incendian y yo debo ser el infierno.
Debo alabar y agradecer cada instante del tiempo.
Mi alimento es todas las cosas.
El peso preciso del universo, la humillación, el júbilo.
Debo justificar lo que me hiere. Soy el poeta.
Jorge Luis Borges

jueves, 25 de septiembre de 2008

10:30 A.M

Pasó de nuevo un destello de tu rostro
entre la prisa de la vida que corre
ante mis cansados ojos.



No iré detrás de ti porque no quiero
estrellarme contra una multitud de cuerpos sin alma.
No te buscaré, porque si no estás frente a mi
no quiero ver más allá de mis parpados.


Me quedaré en este lugar
y sembraré los sueños que dejaste caer
en medio del afán de sumergirte en el mundo,
de escapar de mis canciones.

Me quedaré aquí atado al olor
de tus quimeras florecidas
los ojos cerrados, las manos abiertas
y el oído atento a escuchar tus pasos
por si algún día en medio de tu presteza
te detienes a regalarme un beso.


HUDSON

domingo, 21 de septiembre de 2008

Perras palabras


Este poema salvaje que gime domingo por la noche que no estás,

es tuyo, es mío…es nuestro

¿Y qué otra cosa decir?:

¿Te amo?

¿Te extraño?

¿Te necesito?

No lo sé.

Igual que Pizarnik, creo ya que no tolero las perras palabras




viernes, 19 de septiembre de 2008

Si me besas no sé que va a pasar...

por Hudson

Estas horas no son horas, pero las lagrimas son reales. Las palabras son agujas que penetran sin parar, sin gotas que se derramen ni ecos que se desvanezcan, agujas que marcan los días en un calendario de un tiempo que pasa arrastrándose en esa realidad en la que tus ojos se fueron y dejaron un espacio sin materia donde no cabe nada que tengamos en este universo.

El vacío se traga todo, las moléculas que juegan y el canto de las golondrinas y las almas de los caminantes y las canciones de las viudas. Es una larga tubería hasta el fondo del abismo, allí desde donde la cima se ve tan radiante. Sé que en un lugar que no esta en ninguno de los dos extremos, ni en el centro, ni fuera de él, un lugar entre la línea tangente a este abismo, esas nubes y esa caída tan larga y tan eterna pasan a ser un punto del siguiente plano antes que una gigantesca circunferencia que envuelva esta tosca y árida vida en la que se me pasan los días y no me da el corazón la oportunidad de tomarte cariño. Sé que en ese lugar me esperas, me esperas sin saber que me esperas, me esperas sin saber que esperas algo, te quedas entre el aire, entre las olas del aire y te bañas de música muda, en letras que lees en el papiro invisible de mis deseos, de mis ansias de decirte lo que todavía no tengo permiso para decirte.

Maldita moral, que se lleve mis sueños, que se los lleve lejos, tan lejos que ni siquiera ella pueda regresar y deje el camino libre para que yo pueda caminar hasta tu banca y decirte al oído cuanto te he extrañado. Y si corres, tendré la muerte entera para seguirte, y si gritas, martillaré tu voz hasta hacerla sinfonía, y si ríes, fotografiaré tus labios, y si me miras con tu rostro perplejo, con tu carita pintada de viaje sin brújula, te besaré o moriré en el intento, y si me besas, si me besas…

Si me besas no sé que va a pasar, hasta allá no me llega la imaginación.