viernes, 8 de febrero de 2008

Carta

Cordial saludo,

La presente tiene como fin comunicarle que aún camino
un tanto torcido hacia la izquierda,
y que sigo asistiendo a salones repletos de locos,

que dibujan el olor de la cebolla en el tablero,

y dicen que el agua que respiro se llama "hache-dos-o".

Que ya no me surte efecto un vaso de bienestarina

Que todavía me asusta el timbre del teléfono,

y que sigo llegando una hora tarde a todas las citas,

un año tarde a toda la gente y un siglo tarde a todos los mundos.

De igual manera, quiero hacerle saber que cada vez estudio menos,

duermo menos, como menos, vivo menos, muero más.

Todavía desafino en mis ratos libres, y sigo siendo el más analfabeta de los escritores,

pero el más escritor de los analfabetas.

Cabe anotar que estuve flaco y luego gordo,

y que ahora estoy otra vez flaco.

Que he perdido habilidad sobre el tejado.
Que...

¡casi lo olvidaba!

Conseguí un ventilador prestado,

y aunque todavía no lo comprendo, ya no hace tanto calor en mi cuarto.

Cuando puedas vienes y te lo presento.

Si supieras...Hay noches en que vivo ensimismado o entimismado, no sé.

¡y no me lo vas a creer! pero en contra de todos los pronósticos, encontré un trabajo, y lo que gano me alcanza para ir al trabajo.

Por último,

agradezco la atención prestada, y sin más, me despido, no sin antes recordarte que todavía no aprendo a extrañar.






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