sábado, 2 de febrero de 2008

Cartagena de indias

Aquí me tienes otra vez disponible al poema.
Sentando en un lugar ideal esperando el poema.
Un lugar ideal y tranquilo entre el ir y venir de la gente y el poema no viene.

En este sábado por la tarde en pleno centro de Cartagena
El poema no viene .
Entre la calle del Porvenir y la calle de la Soledad no viene el poema.
Y larga y poderosa es la tromba y la trompa del deseo. Y total es la sinceridad y la auténtica zozobra .
Y Contenida la desesperación y el poema no viene.
Y el poema no viene.


Muy alto es el cielo sobre esta ciudad , vasto el mar y
anchísimo el continente.
Más fácil es hacer poemas sobre el exilio en Estado Unidos;
Mucho más fácil la elocuencia de una ciudad como Buenos Aires o Madrid.
e incluso ahora que estoy con una maravillosa mujer –las más linda de todas,
la más misteriosa, la más cartagenera- ignoro si ella es precisamente una llave.
Todavía no sé sí es necesaria una llave para entrar en Cartagena .

Quizá el muy alto aire y el muy vasto mar -nos hablen a escondidas-entre algunas
de estas estrechas calles.
Quizá Pedro Claver se anime a interpretarnos la soledad y el porvenir de la gente
(Pienso en Pedro Claver- enfermo y ya desgastado- observando atentamente la bahía).

Talvéz algún día un andino del Perú sea asimismo Caribe.
Es muy fácil hacer poemas sobre el exilio en Estado Unidos.
Muy fácil predecir el deterioro y la posterior destrucción .
Pero escribir algo sobre Cartagena no es tan fácil . No es tan predecible.

Bocachica es la pobre y Bocagrande -lógico- es la rica.
Y aquí se ubican los burdeles. Pero, a la orden estoy.
Con mi corazón andino y mi deseo africano.

Alto cielo y vasto mar de la costa por ahí me voy a encontrarlos.

Autor: Pedro Granados
Fotografía: Mauricio Patiño


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